martes, 15 de septiembre de 2009

...lo que parece

Sigo tus pasos bajo la tormenta. Han sido meses esperando el clima apropiado, el momento oportuno. En la calle desierta, aún no te has percatado de mi presencia, por lo que mantengo mis esperanzas intactas; tal vez, se me acabe presentando una oportunidad. Con la noche como aliada, dejas que la lluvia te empape, descuidada, altiva, mientras deambulas sin rumbo fijo por las calles menos transitadas y oscuras, como invitando a mi pequeño demonio a que me deje llevar, a que de rienda suelta a mis más sucios instintos. Empiezo a pensar, que cada uno de tus más triviales gestos, tiene una única finalidad: excitarme.


No aguanto más. Te paras a encender un cigarro al abrigo de un portal desvencijado, y aprovecho para agarrarte por la espalda. No podías haber elegido mejor. Una mano en la boca impide que grites, que pidas auxilio;  la otra se pierde de inmediato bajo el abrigo y a continuación, bajo la falda.  Aunque mi mano está húmeda por la lluvia, nota la diferencia, como cuando bañándote en el mar, una corriente de  agua fría, te acaba poniendo el vello de punta. No estás fría ni tienes la textura del agua. Lo anoto mentalmente por si debo reprochártelo más adelante. Forcejeamos, pero menos de lo esperado. Aún no sé si te has abandonado cuando acabo. No puedo asegurarlo, pero creo que tú también lo has hecho. No hay más tiempo, la tormenta ha pasado y el vecindario comienza a despertar. Sería realmente complicado dar algunas explicaciones. Es el momento de dejarlo.


Salir corriendo me resulta imposible mientras te veo apoyar la espalda en la pared y encender el cigarro que, momentos antes, no te dejé saborear. Sé que si me quedo me lo echarás en cara, pero ya no me importa. Me siento a tu lado y nos tapamos con mi abrigo. Alguien sale del portal, probablemente, a comprar el periódico. Por los pelos...


- No deberías haber sido tan… “suave”.

- Tú no deberías haber… “llegado”  - replico.


Te ríes satisfecha, orgullosa, con la mirada perdida en otros mundos, y contemplando tu  sonrisa, recuerdo de inmediato, porque me presto a tus juegos, a tus fantasías.

Escuchando: I wil follow you into the dark - Death Cab for Cutie