viernes, 5 de febrero de 2010

Yo al menos coloreo


Hoy he charlado de nuevo con mi alumna, la cirujana del cabello, dándome una nueva lección de retórica:
- Eres un cero patatero- me ha dicho.
- Y tú una cera patatera.
- Yo al menos coloreo. Tú no existes.

jueves, 21 de enero de 2010

Zapatos


Hoy me he acordado de repente, como sin quererlo, de la primera vez que te ví esperándome a la puerta de un cine. No estabas sola, aunque sí en mi recuerdo (he prescindido de lo accesorio, porque existen personas accesorio, como las pulseras o los cinturones). Me he puesto a seguir el hilo de mis recuerdos y a lamentar mi mala memoria. A injuriar a esa insigne masa de investigadores, científicos, inventores, descubridores... a maldecirlos por no haber sabido aún encontrar el modo de conservación apropiado de un recuerdo, de un sentimiento, de una emoción.  Me pregunto cuantas vidas se habrían salvado a lo largo de la historia con el envasado de recuerdos. Simple: Envasado a día de tal. Listo para consumir preferentemente antes de morir, cual soma soñado por Huxley.
Poco a poco he acabado pensando en esos pantalones de los que alguna vez ya te hablé. De tus camisas, camisetas, tops, etc. que acompañarán mi recuerdo hoy y siempre... Pero he acabado por sentir una infinita tristeza al no ser capaz de recordar ni uno solo de los pares de zapatos que por aquellos días te acompañaban donde quiera que fueras. No es esa mi pena sino la de pensar: ¿Cuántas otras cosas vivimos que mi memoria ha extraviado? ¿De verdad existe el olvido? ¿De verdad se extravió, lo que fuera que se extravió, para siempre? No he conseguido/sabido soportarlo y no he podido más que consolarme con otro recuerdo: el de aquel simple trozo de licra oscura, amoldándose ligera y dócil, a las formas cambiantes de mi mano entre tu primera y segunda piel.